En 2014 el Consejo de las Naciones Unidas decidió crear el día de la Mujer Emprendedora para reconocer el esfuerzo y el valor de estas mujeres, a pesar de los obstáculos y dificultades que pueden encontrar en el camino por el simple hecho de ser eso, mujeres. Precisamente este hecho es aquel sobre el que se pretende sensibilizar a la población y a las instituciones. 

Este día también tiene como objetivo alentar e impulsar el empoderamiento femenino, concienciar sobre su importancia y erradicar las desigualdades de género que aún existen en el ámbito empresarial. A la larga, estas desigualdades no solo perjudican a las mujeres, sino a la sociedad en general. 

En España la media de mujeres emprendedoras es superior a la media europea, de lo cual podemos estar orgullosos. Sin embargo, los datos nos dicen que son solo creadoras del 14% de las star-ups de nuestro país. Este resultado puede tener varias lecturas, pero sin duda el bajo índice de mujeres que estudian ingeniería puede ser uno de los motivos. 

Este día no es el único dedicado a las mujeres (existe el día de la mujer trabajadora, la mujer rural, la mujer en la ciencia…), pero no debemos olvidar que hasta hace muy poco su papel en la sociedad quedaba limitado al ámbito doméstico, situación que permanece así en muchos países del mundo. Además, los comportamientos violentos para con las mujeres siguen arrojando cifras y consecuencias alarmantes en todo el mundo.  

Por eso el 19 de noviembre dirigimos la mirada hacia la igualdad de oportunidades y hacia una sociedad en cuyo entorno empresarial no exista ningún tipo de dificultad añadida o discriminación por el mero hecho de ser mujer. 

Como suele ser habitual la educación es crucial para la consecución de estos objetivos, y comienza por tomar conciencia de la problemática en cuestión para luego permeabilizarnos ante ella y tomar acción de forma individual. El apoyo institucional y gubernamental es clave, pero debemos hacernos cargo de la responsabilidad que tenemos como ciudadanos para romper con este tipo de dinámicas tan arraigadas en modelos de sociedad que ya se han quedado obsoletos.