El Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo nació como iniciativa de la Comisión Europea para conmemorar el lamentable atentado terrorista sin precedentes que sufrió España el 11 de marzo del año 2004. Desde entonces, en este día no solo se rinde especial homenaje a las víctimas de esta catástrofe y a sus familiares, sino que se honra a todas aquellas personas que hayan padecido directa o indirectamente los efectos de cualquier acto de esta índole.

No debe pasarse por alto que, incluso para los supervivientes, a menudo resulta todo un desafío lidiar con las secuelas y la búsqueda de justicia, por eso la Unión Europea ha establecido un sólido marco legal para proteger a estas personas a través de dos documentos esenciales, la Directiva sobre los derechos de las víctimas y la Directiva sobre la lucha contra el terrorismo. Una y otra están incorporadas a nuestro ordenamiento jurídico interno.

El terrorismo es una forma violenta de lucha con tintes políticos que persigue destruir el orden establecido creando un clima de terror que intimida a un grupo o a la población en general. Y aunque según Naciones Unidas casi tres cuartas partes de las muertes se produjeron en Afganistán, Siria, Irak, Nigeria y Somalia este tipo de violencia ha dado lugar a consecuencias devastadoras del uno al otro confín del mundo. Son incontables las víctimas e incalculables los daños materiales ocasionados, suponiendo un impacto mundial que ha hecho necesaria la toma de fuertes medidas por parte de instituciones internacionales como la ya mencionada Naciones Unidas. En esta línea, la cooperación entre los estados miembros resulta de vital importancia de cara a la prevención de este tipo de acciones y la lucha porque prevalezca el derecho universal a la vida.

El 11 de marzo debe servir para recordar que como sociedad desempeñamos un importante rol como embajadores del amor y la concordia, y que los medios de comunicación cumplen una valiosa función en la difusión de estos y otros valores como la tolerancia, el respeto y la diplomacia. En definitiva, se trata de concienciar e insistir en la idea de un apoyo multidimensional y en una constante intensificación de iniciativas regionales, nacionales e internacionales para prevenir los actos terroristas de cualquier tipo y en cualquier lugar. Por otra parte, la reivindicación de este día, las medidas que de ello se derivan y los objetivos que se pretenden alcanzar son la mejor manera de lograr que el sacrificio y la pérdida de todas las víctimas del terrorismo no hayan sido en vano.